El bosque quemado es una región de la República Unida de un extenso bosque situado en las proximidades del pueblo de Senlin. Durante el 99 DG, el bosque sufrió graves daños en un incendio provocado por maestros fuego. Esto causó que Hei Bai, el guardián del bosque, se enfureciera y atacara a los inocentes aldeanos. Un pequeño río fluye a través del bosque.[1]
Historia
El Equipo Avatar examinando el daño hecho al bosque.
El Equipo Avatar visitó brevemente este bosque durante el otoño del 99 DG. Volaban por encima de los bosques. en Appa, hasta que aterrizaron en el bosque,debido a su curiosidad al ver la tierra quemada. Al ver la devastación, Aang se deprimió, alegando el bosque destruido era un símbolo de su propio fracaso en la protección del mundo. Sin embargo, Katara logró animarle al decirle que el bosque no fue destruido por completo, y que las partes dañadas un día crecerían nuevamente, las bellotas eran una muestra de esto, ya que un día se convertirían en los árboles que remplazarían a los que fueron consumidos por el fuego.
Un anciano de una aldea cercana de pronto se acercó al Avatar, a quien había visto volando en Appa. El hombre pidió la ayuda de Aang, estuvo de acuerdo en ayudar en lo que pudiera. La próxima vez que Hei Bai atacó el pueblo, Aang trató de calmarlo, pero fue en vano. Lo siguió al bosque en su planeador, después de que el espíritu secuestrara a Sokka, sin embargo, el Avatar no logró rescatarlo y terminó estrellándose en el suelo y con mal humor frente a una estatua del oso, mientras Hei Bai y Sokka desaparecían misteriosamente.
Estatua de Hei Bai, en el bosque.
Después de que el Avatar se dio cuenta de que había quedado atrapado en el mundo de los espíritus, Fang, el animal guía del Avatar Roku, le reveló en una visión que Aang debía visitar la Isla Creciente en el solsticio de invierno para que pudiera comunicarse con su predecesor.
No mucho tiempo después, Fang llevo Aang de regreso hasta el bosque. El Avatar dejó el mundo de los espíritus y regresó a la aldea, donde se enfrentó a Hei Bai por última vez. En lugar de luchar contra él, Aang habló con el espíritu y logró entender por qué estaba enojado, el bosque que una vez fue su casa, ahora estaba destruido a causa del fuego. Aang dijo a Hei Bai que el daño no era permanente y le dio una bellota, un símbolo del renacimiento, renovación, y la vida. El espíritu se calmó, tomó su forma pacífica como un oso panda, regresó al bosque, dejando en libertad a todos los seres humanos que había secuestrado, incluyendo a Sokka.[1]
Curiosidades
- En la versión para PC del videojuego de Avatar: La Leyenda de Aang, el Bosque quemado se conoce como "La Cictriz del Mundo".
Vea también
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 "El Solsticio de Invierno, Primera Parte: El Mundo de los Espíritus". Aaron Ehasz (escritor) y Lauren MacMullan (director). Avatar: La Leyenda de Aang. Nickelodeon. 08 de abril 2005. Nº. 7, Libro Uno: Agua